Haradim II

El regreso de los héroes

viernes, 30 de enero de 2009

Fecha 2: 25/01/2008

Elgart

Los orcos compañeros de Zug comenzaron a revisar bajo la nieve debían encontrar cual era el mejor lugar para instalar la carga. A lo lejos comenzaron a escucharse los chillidos de las criaturas voladoras de los Taras y no pasó mucho tiempo hasta que dieron con ellos. Cuando se acercaron Jazir ensartó a tres con sus flechas, dos fueron contra Thelmos, que los remató. También atacaron a Zug que enseguida se puso en guardia con sus martillos. Lograron alcanzarlo con las lanzas al grito de “¡¡Muere maldito orco!!” y las mismas se quebraron dejando las puntas clavadas en el cuerpo del orco, pero Zug contraatacó. A uno de ellos lo golpeó con el martillo tan fuerte que lo hizo caer por el barranco, al otro le partió las costillas al propinarle un golpe con ambos martillos en el pecho.
Jazir creyó matar al último pero uno más venía en carga y aferró a Thelmos de los hombros con sus garras, lo levantó y lo arrojó a los pies de Zug. Los Taras tenían rodeado al orco y al quedarse sin lanzas sacaron espadas largas. Zug notó que eran viejísimas y de muy mala forja, vio como un Taras atravesó el cuello de Thelmos que estaba muy malherido sobre el suelo y la nieve se tiñó de rojo bajo él. Un Taras volador se arrojó sobre Zug y Jazir le dio con sus flechas que silbaron cerca de los oídos del orco. Zug esquivó las garras de la criatura y vio como descuartizaba a uno de los Taras que había dejado inconsciente.
Thelmos en un último acto heroico tomó la cadena, la agitó varias veces y la sujetó a las patas de la criatura voladora.
-Buena suerte- fueron sus últimas palabras mientras se arrojaba al barranco y las cuchillas de su cadena cercenaban las patas de la montura que chilló por el dolor.
En ese momento Zug escuchó:
-¡Lo tenemos jefe!
Zug calculó que tenían veinte minutos más o menos, o hacían explotar todo ahora o buscaban lugar para una carga más. Decidieron seguir buscando y encontraron otros dos posibles lugares. Zug dejó a un ingeniero a cargo de ese lado del paso y él fue a detonar la carga sobre el otro lado. Pero cometieron un error, había un Taras llorando sobre su montura muerta y sea por negligencia o piedad no lo mataron. Él sacó una espada para quitarse la vida, o eso creyeron, porque lo que tenía en sus manos era un cuerno, y lo hizo sonar.
Las montañas comenzaron a plagarse de monturas negras de Taras. Ya no había tiempo y tuvieron que detonar los explosivos. Por el paso en ese momento cruzaban tres kyloons con armas de asedio. Habían cruzado ya las unidades livianas de orcos azules, la caballería pesada y la liviana. Los orcos negros vestían armaduras completas, llevaban espadones y escudos con púas o “rompe escudos”.
Jazir les indicó a sus acompañantes que luego de la explosión se refugiaran en el bosque y así lo hicieron. La explosión del lado de Zug bloqueó el paso, pero la del ingeniero orco no explotó del todo, si bien logró sepultar parte de la caballería. Zug se dirigió al bosque como habían acordado pero Jazir había desaparecido. Los Taras sobrevolaban el paso, ahora bloqueado.

Jazir se quedó cerca del paso y los Taras lo vieron. De una de las monturas descendió un hombre al que reconoció como Lord Giberson, un adinerado comerciante de Josper que había comerciado con su madre Calista, conocido opositor de Sviden y aliado incondicional de la Inquisición de St. Cuthberth.
-No lo puedo creer, Jazir Baenre ¿a qué se debe el placer de que nos explote el paso?
-Ah… ¿eso fue el ruido? Yo solo pasaba por aquí… (1)
Pero no iba a lograr engañarlo tan fácilmente. Él sacó una flecha de uno de los muertos y le dijo:
-¿Esto es una flecha cadormen no?- y se la tendió.
-Sí… puede ser…
-Puede ser que alguno de sus hermanos haya estado por aquí.
Obviamente lo subieron a una montura y lo llevaron prisionero al desierto. Pasó sobre el campamento orco, muchos vestidos con pieles y cascos con cuernos bajo un estandarte rojo. Se acercaron a los tres kyloons de la retaguardia. Sobre la terraza lo esperaba Emme, luciendo dos cuernos y unas impresionantes alas rojas de murciélago que la cubrían como si fuera una capa. A su lado estaba Jovian, su fiel servidor.

Iskander y Burgen aceleraron el paso. Uno de los hombres de Rittardast le dijo a Trenton:
-Principe, vimos movimiento de Taras sobre Armellas, hay humo allí.
Trenton envió a un pájaro a que le informara sobre el asunto y el ave pareció confirmarlo.
Justo cuando se acercaba a hablar con el general Iskander escuchó que Burgen decía: “Estos son nuestros hermanos de armas. Yo también soy un caballero de Haradim”
Trenton vio a Iskander sentado sobre una roca, la lanza sobre sus rodillas y el semblante pensativo. Estaba visualizando el terreno a la distancia con clarividencia. Enseguida llamó a Burgen y a Trenton y les dibujó el mapa en el suelo con su espada.
-Vamos a hacer lo siguiente: sugiero preparar una carga de caballería con escudos en alza. La idea es romper sus filas. Necesito una escuadra de los mejores arqueros para destruir las armas de asedio, pero lo primero va a ser destruirles la infantería. Yo voy a comandar a la caballería, una vez que hayamos quebrado sus filas, Burgen va a destruir a sus arqueros orcos.
-Entonces yo me encargo de las armas de asedio- dijo Trenton.
-Antes de destruirlas fijémonos si podemos recuperar algunas para utilizarlas contra ellos. Ahora levantemos el campamento, vamos a descansar más adelante.
Alaia le dijo a Iskander que se adelantaría con los centauros hacia Rittardast, ese era un buen punto de defensa, y partió con su escuadrón.
Iskander habló con su amigo Mael, él estuvo muy feliz con la misión que le asignó su capitán:
-Vas a tener una tarea única y específica, cada arma de asedio que veas: “blum”.
Él lo miró emocionado, con una sonrisa de oreja a oreja, no había otra misión que le hubiera gustado más.
-Deberías casarte, te calmaría un poco tanta tensión…

-¡La orden de Burgen!- escuchó Iskander gritar y se unió al grito orco.
-No, la orden de Burgen no- dijo él.
-¿Y cómo quiere que nos llamemos? Ahora no tenemos una tierra con la que podamos identificarnos.
-Ya tendremos otra tierra. Hey- le llamó la atención a Trenton- ¿por qué demonios tengo una armadura con un fénix en el pecho?
-Es un tesoro de nuestra familia, es el símbolo de la casa de Aris- como si Burgen supiera lo que era eso- Siempre estuvo en la familia.
-Entonces seremos ¿la orden del fénix?… (2)
-La orden de Burgen suena más orco.
Pero había algo más que Burgen quería saber, por qué lo había elegido Témpano.
-Bueno, como quieran- finalizó.

Lile sabía que en Agun había matado fácil treinta mil enemigos ella sola, era demasiado poder, recordó las palabras de su tío Eglas, él era ahora la única familia que le quedaba así que decidió ir a buscarlo. Antes de esto había ido a ver a Goran, su amiga Nike le había pedido que por favor lo ayudara.
-Que bueno sería tener a Eglas con nosotros ahora, me pregunto donde estará- le dijo él.
-Está en Asgard- y pensó “Sí, iré a buscarlo”.
De camino le pidieron que lleve a Jazir, Zug, Thelmos y dos orcos más que tenían la misión de volar el paso de Armellas. Solo fueron unos segundos. Dejó a sus compañeros y desapareció para llegar a un pueblo de montaña, justo frente a la casa principal. Era toda de madera y ostentaba los característicos cuernos vikingos. Afuera estaba nevando copiosamente y hacía mucho frío. Vio que no muy lejos, en la montaña, había una especie de arcada y se dirigió hacia allí. Mientras iba caminando los campesinos la saludaron. La ladera estaba sembrada de tiendas de pieles, parecía un ejército esperando órdenes.
Cuando abrió la puerta lo primero que vio fue una gigantesca osa polar parada en sus dos patas traseras, vestida con una túnica larga de color blanco. Esos últimos días había visto muchas cosas, pero eso fue lo más extraño.
-Ah! Te estaba esperando Lile, pasa por favor- le dijo.
Ella pasó mirándola fijamente. Al fondo del salón había un trono vacío, lo custodiaba un ejército de valkirias, mujeres con armaduras doradas al mando de Odin. Al fondo vio a su tío Eglas, a su lado una niña muy bonita que portaba una espada, era el colmillo de Fenris, y era más grande que ella. A su lado la custodiaba Hakkan, su guardián y más allá un anciano con una túnica de plumas negras, su nombre era Corax.
-Soy Barrai, la Madre Oso.
-Mucho gusto- le respondió Lile.
-Este es mi templo, y ese es tu trono.
-Elabore un poco más la respuesta- le dijo sorprendida.
-Tu tío nos habló de tu pasado, nos dijo que eras la hija de Gwen. Ella representó a la deidad de la naturaleza en la Tierra, a Danwe, como antes lo había hecho Luna, y ahora es tu turno.
Ella todavía no se sentaba en el trono. Su tío Eglas le dio una palmadita en la cabeza.
-¿Y qué pasó con la justa retribución? ¿Cómo naturaleza?
-Tu madre, y ahora vos, son las enviadas de Danwe a la Tierra. Sos prácticamente una diosa.
Shana la niña del colmillo parecía bastante asustada, y se paró al lado de Lile.
-Sigo subiendo la escalera en vez de bajar…- dijo Lile.
-Yo no entiendo mucho de esto tampoco- le dijo Shanna.
-¡Shanna!- le llamó la atención su guardián.
Al fin Lile se sentó en el trono y las valkirias golpearon lanza contra escudo, todos se inclinaron ante ella.
-¿Y cómo encaja Broker en todo esto?
-El nacimiento de la enviada señala el inicio de una nueva era. Empezó con Luna, luego con Gwen en la segunda Guerra del Caos y ahora con vos. Pero al no haber más esencia los dioses no pueden volver, tú no eres la diosa pero sí tienes un vestigio de su poder, suficiente para considerarte una diosa. (3)
-Necesitás descansar- le dijo Eglas- Odin me cedió a su ejército para asistir en la defensa de Haradim.
-Van a tener batalla, venía a buscarlos para eso.
-¿Qué van a hacer los demás?
Lile pidió un mapa, pero se dio cuenta que aún así no podía explicar la estrategia.
-Si mal no recuerdo el enano quería hacer una muralla aquí para encerrar a Emme. Habían ido a cubrir el paso de Armellas.
Decidió que sería mejor ir a buscar a Zug. Le tomó un segundo llegar a su lado.
-¿Tú sabes de estrategia? ¿conoces el plan?
-No…- Lile no lo podía creer (4)- Nos íbamos a encontrar en Rittardast. Además falta Jazir…
-¿Cómo que falta Jazir?- dijo mirando a un lado, luego al otro.
-No volvió después de la explosión. Nos íbamos a encontrar en el bosque.
Lile decidió que era mejor volver, no se podían quedar ahí mucho tiempo, los Taras estaban cerca, decidió que después iría a buscar a Jazir.
Cuando llegaron, Eglas se presentó.
-¿Lile?
-Él es el ingeniero Zug, creo que sabe el plan mejor que yo…
-Se equivocó, no sé el plan- dijo quitándose las puntas de las lanzas. Madre oso apoyó su pata en el costado del orco y dejó de sangrar. (5)
Zug les contó que la parte del plan que a él le correspondía era volar el paso de Armellas, de allí debería reunirse con el capitán en Rittardast. Al volar el paso habían ganado unas veinticuatro o treinta y seis horas hasta que lograran recuperarse.
-Aún pueden cruzar el paso de Hendial, al Norte- informó Eglas.
-Volemos ese paso también, si hay recursos…
Eglas le señaló a Lile.
-Ah! Usted se refiere a una forma mágica. Yo le puedo indicar donde debe ser el impacto- Decidieron que iban a hacer eso y Lile se lo comunicó a Iskander.
-General.
-Pendeja, disculpe, sacerdotisa ¿dónde estás?
-En Asgard. Encontré a mi tío, pero ni Zug ni yo nos acordamos del plan.
-Trataremos de tomar el paso. Solo dennos más horas.
-Tengo un ejército aquí.
-¿De qué estamos hablando exactamente?
-Muchos vikingos furiosos y dispuestos a morir.
-¿Cuántos?
-¿Cuántos tío?
-Cuarenta y cinco mil.
-Una cifra nada despreciable- dijo Iskander- escuchame Lile ¿qué chances hay de destruir el otro paso?
-Estamos en eso ahora con Zug.
-Saludos al ingeniero (6) ¿Qué pasó con Jazir? ¿Pudo encargarse de su hermana?
-Desapareció.
-¿Murió?
-No, murió Thelmos- al capitán Iskander esta noticia no le hizo nada de gracia.

Nike iba camino al lago de Cyro junto a la división de Leconte, Davon se separó de Eneas y retrocedió para hablar con Goran. Cuando comenzó a hablar Nike no entendió ni la mitad de las cosas que estaba diciendo. ¿Que Sviden era un “pluma de plata”? ¿qué demonios era eso y qué tenía que ver con la pluma que les mostrara su tío Jazir? Además se enteró que Sviden era un esbirro de Vekna, todo le hubiera cerrado más si hubiera sabido quien era ella. Pero Goran parecía saber más. Mencionó también que él y el padre de Goran pertenecían a la orden de caballeros de Alexia ¿y esa quien era? En fin, lo único que pensaba en esos momentos era que debían ir a Imerion a hablar con Sviden. Nike le preguntó a Davon qué quería su antiguo maestro pero él no supo qué responderle.
Goran le preguntó qué iban a hacer.
-No sabemos nada, primero me gustaría saber dos cosas, número uno: quiénes son nuestros enemigos, número dos: quiénes son nuestros aliados.
-Pregunta fácil la tuya…
-No dije que fuera fácil. Me gustaría saber qué quiere Sviden, si nos va a ayudar o no.
Llegamos al pueblo, no era muy grande, había pocas casas de madera, y había que descansar un poco hasta seguir viaje a Imerion, o allí pensó Nike que se estaban dirigiendo.
-Deberíamos descansar aquí, creo que nos merecemos un descanso ¿no?
-Sí- Nike le sonrió. El escuadrón se dirigió hacia Van a las orillas del lago de Cyro. Todo el pueblo se preparó para darles comida y alojamiento porque con ellos iba Eneas, sumo sacerdote de St. Cuthberth.
-Lo que puede hacer el poder- comentó Nike mientras comían.
A ellos dos le dieron una habitación y se fueron a “dormir”.
-Al fin solos- dijo Goran y sirvió dos copas de vino. Pero lo que parecía que iba a ser una noche de pasión terminó siendo una noche de terror. Caricia va, caricia viene y luego de un beso apasionado Goran de repente miró por la ventana. (7)
-¿Qué pasó?- le preguntó Nike- ¿Qué viste?
Ella se aprestó a mirar hacia el ocaso y vio la imagen de un enorme esqueleto sobre las colinas al sur. Poco a poco una enorme criatura de veinte metros de alto fue apareciendo, eran cuatro en total. Escucharon gritos afuera y ambos se apresuraron a colocarse las armaduras y tomar las cimitarras, eso no podía ser nada bueno.
Cuando salieron vieron a Davon y a Eneas preparados para el combate, frente a ellos los fusileros de Josper preparando los rifles. Dispararon a las primeras sombras y las atravesaron como si fueran agua. Al final de la fila un hombre con armadura completa, casco y lanza los dirigía. Nike alcanzó a ver un mechón de pelo blanco y pensó: “cadormens”.
Goran la agarró de la cintura y la besó, luego desenvainó las cimitarras que habían pertenecido una vez al padre de Nike y se dispuso a combatir. Davon arrojó un rayo de luz blanca que disipó las sombras. Nike sintió malestar en la vista, pero no le importó ahora tenía un único objetivo, el líder. Para llegar hasta él cruzó por las sombras, hasta ahora no se había atrevido a usar esta habilidad, pero el peligro que corrían lo justificaba. Todo estaba completamente oscuro y vio dos puntos de luz, eran Goran y Davon. Pero el cadormen que los dirigía la vio como si nada y también entró al mundo de las sombras. Nike llegó donde estaba el líder que bajó de la montura y le hizo señas para que se acercara a combatir. Ella lo atacó sin pensarlo pero no logró hacerle daño, sin embargo él sí la dañó y el golpe hizo que se desconcentrara y saliera abruptamente del mundo de las sombras. Ahora ya estaban rodeados. No vio más a Goran y a Davon pero a lo lejos estaban centrando el ataque en un punto. Temiendo por su marido corrió hacia allí mientras veía como en el cielo comenzaban a arremolinarse nubes negras, pero no pudo marcharse. El cadormen la golpeó con la lanza, una, dos, tres, cuatro veces y la dejó muy herida sobre el suelo. Ella intentó salir de su rango pero no pudo hacerlo. Cuando iba a rematarla vio que le detenían la lanza a su enemigo. Era Goran que brillaba con una luz dorada y tenía dos pares de alas a su espalda. “¿Alas? Los únicos seres que pueden llegar a tener alas son los Aasimar” pensó.
Pero eso era lo de menos, él la había salvado una vez más.
Golpeó al cadormen con la cimitarra y logró dañarlo pero él le clavó la lanza en el medio del pecho. Nike miró la escena con terror. Desesperada intentó volver a atacarlo pero ninguno de sus cuatro ataques dio en el blanco. (8)
-Andate, ahora- le dijo Goran.
-No voy a irme- como si pudiera volver a cometer ese error otra vez.
-Tenemos que irnos ahora.
Goran la tomó de la mano y corrieron entre los enemigos mientras Davon y Eneas los cubrían. Cabalgaron hacia Agun, no había más opciones, Imerion aún estaba muy lejos. Atrás vieron a los striders que los perseguían. Los caballos exhaustos los dejaron a las puertas de Agun. Nike notó que Goran parecía triste por algo.
-¿Qué pasó?
-Davon está muerto- ella lo abrazó. Juntos subieron a la muralla. Ya estaban allí, un mar de cadormens dispuestos a aniquilarlos. Eran siete mil contra cinco mil. No era demasiada diferencia en número, pero sí en poder. Los fusileros de Leconte disparaban inútilmente a las sombras, parecía que no habían aprendido nada en el pueblo de Van.
El lider de los cadormen se plantó al frente del ejército y solicitó:
-¡Entreguen a la heredera!
Goran escupió sobre la muralla, no iba a dejar que se la lleven. Pero Nike desde ese momento supo lo que tenía que hacer.


El ejército descansó en Rittardast, la gente del pueblo los alimentó con lo que tenía. Iskander le dijo a Trenton:
-Llevate a tu gente, que los civiles evacuen la ciudad- y Trenton se dispuso a cumplirlo.
Allí estaba Anya, caballero de Haradim que había peleado con Iskander en Gaia.
-Señor, soy un caballero de Haradim y pretendo ir con la unidad.
-Está bien, siempre tendrás un lugar aquí, vas a ir con los arqueros de Trenton ¿entendiste como es el plan?
-Sí- le respondió ella.
En Armellas estaban usando grúas para subir los cañones. Burgen e Iskander buscaron a los orcos para saber su posición, pero no pudieron hacerlo, Emme les estaba bloqueando la “visión”.
Jazir fue conducido hacia el kyloon de su hermana y la vio mirando hacia Armellas, sus ojos totalmente rojos, un aura del mismo color rodeándola.
-Vos contra mí ¿te atrevés pendeja?- la desafió Iskander.
-Algún día Iskander, algún día.
Cuando llegaron al punto donde se suponía debía estar el ejército enemigo, el lugar estaba desierto. Trenton miró hacia las montañas había movimiento allí y en los kyloons había mucha gente. Iskander también vio a toda la fuerza dividida en las montañas.
-Es bueno lo que hacés, pero vas a tener que salir algún día- dijo Iskander.
-¿Qué pasó?- le preguntó Alaia.
-Están todos en las montañas, mandá un mensaje a Torin.

Zug no sabía mucho de magia, así que decidió averiguar un poco más, volar un paso no era tarea sencilla.
-¿La idea es volar ese paso no? Contame la explosión que podés hacer- le preguntó Zug.
-Yo te explico- le dijo Shanna- Va a tirar un rayo del cielo.
-¿Qué tan preciso es?
-Puede colocar el rayo exactamente donde usted indique.
-¿Con uno por lado te alcanza?- le preguntó Lile.
-Sí
-Los va a ver a mucha distancia.
-Eso no importa ahora, ¿Cuánto tiempo entre cada uno?
-Diez segundos.
-Dame media hora para ir a investigar y te digo donde colocarlos.
Cuando llegaron Zug observó el terreno y comenzó a colocar varas de madera donde era más conveniente. Lile esperó y a su orden descargó dos columnas de rayo que bajaron desde el cielo hacia la montaña. Hubo un temblor y las piedras que cayeron bloquearon completamente el paso. Lile escuchó una voz que le decía:
-Ah! Por fin alguien que puede contra mí.
-Emme, tanto tiempo.
-¿Con quien hablás?- le preguntó Zug.
-Con nuestra archienemiga.
-¿Te puedo dar una idea?- le sugirió Emme.
-¿Involucra palancas?
-Juntate con tu amigo Iskander, te va a necesitar. Ah! Y te voy a mandar un regalito.

Jazir vio a su hermana desde el cielo, allí lo llevaron Lord Giberson y sus hombres.
-¿Qué hacés acá? ¿qué querés?
-Vine a hablar con vos…
-No te quiero más conmigo, no soy más tu hermana- y con un movimiento de su mano lo hizo volar sobre las montañas.
Lile vio caer a Jazir del cielo e invocó a un ángel para que lo llevara a tierra. (9)
-Andá con Iskander él te necesita más.
-Necesito que me lleves a Agun- le dijo Jazir.
-¿Viste? Las obligaciones que vienen con el poder.
-Callate puta- la insultó.
Al instante le mandó un mensaje a Eglas.
-Tío cambiaron los planes, voy a llevarlos a estos con el general. Nos pueden encontrar allá.
-Nos vemos allí entonces.

Iskander decidió preguntarle a Trenton.
-Necesito saber si entre tu gente hay algún clérigo…- en ese momento recordó que allí estaba Jesavé, la madre de Nike, así que Burgen y él fueron a visitarla.
-Dama Jesavé.
-Capitán.
-Hemos venido a pedirle un favor. Involucra matar a su hermana- le dijo fríamente.
-Yo ya no tengo hermana. Si está hablando de ella cuente conmigo para lo que sea.
-Necesitamos ir hacia el campamento ¿puedes darnos un escudo para que no nos vea? Sino bajamos a Emme esta guerra se perderá.
-Tengo miedo de que ella tenga más poder que yo.
-Tendremos que arriesgarnos. Aquí Trenton relizará una maniobra de distracción, ya que su hermano ha fracasado en detenerla lo haremos nosotros.
-Puedo hacer algo… transformarlos en pequeños animales. Dos moscas no le van a molestar en anda. Tres moscas…
-¿Usted vendrá?
Ella asintió. Antes de marchar Burgen se acercó a los mariscales y les dijo que iría en una misión junto a Iskander.
-¿Es necesario que vaya usted?
-Es necesario. Debo matar a una maga, es Emme, creo que escucharon hablar de ella. Ayuden a proteger a la fortaleza.
-A sus órdenes.
Iskander le dio la misma misión a Milo y a Anya.
-Nos vemos al rato.
Jesavé activó el sortilegio y tres moscas volaron hacia el campamento orco.
En ese momento llegó Lile junto a Zug y a Jazir.
-¿Dónde está Iskander?- pregunto Jazir apremiante.
-¿Dónde está mi guardaespaldas?- dijo Lile
Trenton les explicó el plan y preguntó a Zug cual sería un buen insulto para que los orcos salieran de las montañas.
-¿Por qué no vamos con un cañón? Después confiemos en las moscas…
-Decidieron que iban a usar las catapultas y les arrojarían banderas de Orogun incendiadas. Se pusieron en marcha y no pasó mucho tiempo hasta que los orcos furiosos comenzaron a armar los cañones y a descender de las montañas montados en criaturas parecidas a dinosaurios. Cuando comenzaron los cañonazos, los caballos se encabritaron y Trenton ordenó la retirada. Aún así había logrado el objetivo, las moscas habían llegado a su destino. Jesavé los volvió a su forma normal, buscaron a Emme pero ella no estaba por ningún lado.
-Puedo hacerme pasar por ella- les dijo, y era verdad, eran prácticamente iguales. Jesavé ordenó- ¡Que están haciendo pedazo de inútiles!- les gritó- Los que vuelven son el enemigo ¡aniquílenlos!
Los orcos se miraron confundidos y comenzaron a atacar a sus propios compañeros.
-La fortaleza es de ustedes.
Iskander estaba furioso, Emme se había escapado, pero ahora el paso de Armellas volvía a estar bajo su control. Tendrían que buscar otro paso para cruzar, estaba Nuredum, o Agun, o las madrigueras. Se preguntó por qué habían sido tan estúpidos de no bloquearlas “Ese es problema de Rittardast” su antiguo rey era un idiota.
-Lile ¿dónde estás?- le preguntó Iskander.
-Mirando como cañonean a los orcos.
-¿Podés decirme donde está Emme?
-¿Dónde está Emme?
-¿A quién le preguntaste?
-A Jazir, me lo regalaron.
-¿Dónde está tu hermana?
-Muy atrás de todo el ejército- le dijo el cadormen.
En medio de la confusión Trenton y las tropas de Burgen atacaron a los orcos en retirada e hicieron una masacre.
Los orcos comenzaron a irse por el paso, Emme ya había ordenado la retirada.
-Vamos a buscarla- le dijo Iskander a Jesavé.
-Tranquilo, lo de hoy fue un golpe de suerte. Ganamos solo una batalla, no la guerra.
-Ahora nosotros deberíamos contraatacar. Nosotros no vamos a salir, pero ellos van a entrar, cuando ellos se muevan nosotros también nos moveremos. Ella es la principal amenaza, necesitaremos su ayuda.
-Yo ya estoy cansada de la guerra. No tengo ganas de seguir. La guerra me quitó a mi esposo, a mi hija, a mi gente.
-Entonces huya cobardemente y vaya a esconderse a su bosque.
-Le recuerdo que usted se ocultó en nuestro bosque. No me moleste más, mate a quien tenga que matar.
Jesavé se marchó, pero Burgen tenía una pregunta más:
-Puedo hacerle una pregunta ¿de dónde salió esto?- dijo señalando su armadura.
-Yo no se la di, fue Amelia.
-¿No tiene idea entonces?
-No.
-Suerte en su camino, que no pierda a nadie más.

Nike estaba sobre la muralla cuando escuchó al cadormen. Era evidente que iban por ella. Vio como los fusileros de Josper de Leconte intentaban inútilmente atravesar con sus balas a las sombras una vez más sin hacerles ningún daño.
¿Por qué tenía que ser justo ella la heredera a no sé que casa de Garrat? Ni siquiera sabía donde quedaba eso.
El único que podía hacerles algo era Goran que con su espada les arrojaba ataques que eran destellos de luz. No eran demasiados más que ellos, pero desde la fortaleza no podían dañarlos. Si seguían esperando así, como mucho aguantarían el paso un día y no podía permitir que eso sucediera. Nike sabía que no podía hacer más que comandar a las tropas desde lejos, sus habilidades no podían hacer nada contra las sombras, como tuvo que sufrirlo en el pueblo de Van. Sabía que solo había una opción. Agarró a Goran de la mano y lo besó como si fuera la última vez.
-No te preocupes por mí. Nos vemos a mi vuelta- y en ese instante desapareció de su lado para aparecer frente al general enemigo. Él se sorprendió al verla.
-Detengan el ataque a la fortaleza, si lo hacen, me iré con ustedes.
El general se arrodilló ante ella, al igual que los demás cadormen que lo seguían. Todos exclamaron un grito de triunfo.
-Orion D’zees- se presentó el jefe de los cadormen y le tendió la mano.
-Nike Baenre- dijo ella y la tomó.
En la fortaleza Goran vio como detenían el ataque y Nike se iba con ellos. Al instante se contactó con Iskander y Burgen.

-Hay que saber primero sus movimientos, enviemos un grupo de scouts. Si hay algo que no soporto es la cobardía- ese día Iskander estaba realmente enfadado- Justo huir cuando la mano está a favor nuestro. Burgen, ayudame a buscar.
Cuando vieron sobre Agun, los sorprendió el ejército de cadormens a sus puertas, en ese instante escucharon a Goran…
-Iskander, Burgen- los contactó desesperado.
-Goran ¿Qué está pasando allí?
-Se llevaron a Nike.
-Calmate- le dijo- ¿ella se fue por propia voluntad?
-Si…
-Bien, alguien que sí piensa.
-Como “bien” ¡es mi mujer y se acaba de ir con el enemigo!
-¡Andá a custodiarla entonces! Si yo pude acostarme con la reina, tú también puedes hacerlo.
Burgen ya lo sabía, pero Lile lo miró con sorpresa. Todos lo habían escuchado.


(1) ¡Qué excusa más vieja y barata! ^^
(2) “¿Qué sos, Harry Potter?” XD (Draften dixit).
(3) Para más información consultar los archivos de “Haradim, la Guerra del Caos” que aún no termino de escribir :P
(4) Y toda la mesa se mató de risa.
(5) “Ah! ¿Estabas herido?” (Lile dixit).
(6) “Decile que esos orcos amigos suyos están todos borrachos” (Draften dixit)
(7) y no faltaron comentarios como “Y bueno, es la vejez” “los años no vienen solos” o “Te juro que es la primera vez que me pasa” XD
(8) Sí, ¡saqué unas tiradas de mierda! (y además una la pifié, soy horrible).
(9) “¿Tiene que ser de nivel 9? Espero que tu vida lo valga” XD (Gonza dixit).

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