Haradim II

El regreso de los héroes

miércoles, 4 de febrero de 2009

Fecha 3: 01/02/2008

Selene


Torin llegó a Rittardast y sin demora convocó a un consejo de guerra. Zug fue uno de los primeros en hablar:
-Antes de todo, organicémonos un poquito… ¿qué pasa acá? ¿qué es lo que sabemos?
-Entonces empecemos a planificar- dijo Iskander- ¿Quién atacó Agun? No lo sé, pero están controlados. Según Goran querían a uno de los nuestros y ya lo tienen. Lo iremos a buscar pero no es ahora la prioridad. Creo que lo que van a hacer es entrar violentamente por Armellas o entrarán por el Norte, por Morwell. Lo primero que tenemos que hacer es enviar exploradores.
-Entonces preparemos todo, la idea es que cuando llegue la información ya tengamos todo listo.
-Enviaremos a Mael. Por lo demás tendremos que ver que hacer con Agún.
-Definamos los puntos a defender para empezar a mover las armas de asedio.
-Tenemos la chance de llegar antes que ellos a cualquier lado. Salvo que usen trucos sucios. Lo lógico militarmente es que vuelvan a tomar Armellas. Por otro lado podrían intentar entrar por Nuredum, por eso habría que cerrar también ese paso.
Zug le dijo a Iskander que estaban mandando lo pesado al Norte. Burgen y él sabían que los Taras habían enfilado hacia el Norte hacía ya cuatro días. El grueso de las armas de asedio y lo pesado estaba camino a Nuredum.
-Podríamos enviar cincuenta armas de asedio para reforzar Nuredum y el resto al norte para mantener el paso.
-¿Estás de acuerdo Torin con el plan del orco?
-Sí, habría que enviar unidades para que los asistan.
-Yo voy a ir al Norte, tenemos que avisar en Lessender. Considero prudente que vayas con tu gente más capacitada a Nuredum. Enviarás tu brazo derecho a Armellas y nosotros iríamos al Norte. ¿Podrías encargarte de todo el ejército con Torin?- le preguntó Iskander a Burgen.
El orco estuvo de acuerdo. Se decidió que Burgen comandaría a la escuadra de wargos que se dirigirían hacia Hemdial a reforzar a Eglas. Aún así no debían olvidar qué podía llegar a pasar lo que todos temían, que aún así los orcos podían entraran a Haradim.
-¿Qué tan grande es la muralla de Imerion?- preguntó Burgen.
-Si se cortan los puentes, nadie va a poder entrar. Además según lo que sé hay una legión de garratianos allí. Aún así se podría atacar por aire, los tarianos por ejemplo.
Imerion era la última defensa, esperaban no tener que usarla.

Goran vio sin poder hacer nada como Nike subía detrás de Orion y se marchaban con el ejército delante de la formación de striders. Cabalgaron nuevamente hacia Van. Nike fue callada todo el camino, hasta que hicieron un alto y decidió conversar con su nuevo anfitrión.
-Ya que estoy aquí… me gustaría saber hacia donde vamos.
-Honestamente no lo sé.
Nike pensó “esto va a ser difícil”.
-¿No se supone que sos el líder de todo este ejército?
-Este ejército me obedece solo porque mi padre les ofreció una buena suma a nuestro regreso. No me tienen demasiado cariño.
El cadormen que le hablaba parecía de buena familia, no se parecía demasiado a los cadormen que habitaban en Firehorn, sí en cambio tenía una cierta similitud a su tío Jazir.
-¿De dónde vienen? ¿y qué quieren conmigo?
-Venimos de Athos. Mi padre me envío con la misión de buscar a la heredera y casarme con ella.
-Ok… primero ¿eso donde queda?
-Al sur, cerca de Candara.
Ella parecía conocer mejor esa localización, era demasiado lejos hacia el sur.
-Pero… por lo que sabía había dos herederas…- continuó Orión.
-Ah sí, supongo que te referís a mi tía. La que en estos momentos está del otro lado de las montañas con los orcos queriendo invadir mi tierra.
-¿Están en guerra con ella?
-Sí… y digamos que mi tío me dijo algo de nuestra familia recién ayer.
-Jazir…
-¡Ah! ¿también conocés a mi tío?
-Nos criamos juntos. Mi padre es su tío.
-Esto se pone mucho más complicado…- mientras pensaba “¿me tengo que encontrar con un desconocido para que me cuente cosas de mi familia?”
-Sí, somos familia.
-Entonces ya entendí, vos querés casarte con mi tía (o conmigo) para poder acceder a mi “trono” sea el que sea…
-Después de eso mi padre va a matarnos para quedarse con él.
-Ah! Tu padre es un hijo de puta.
-¿No conocés mucho nuestra sociedad no?
-Conozco a Firehorn… ¿y cuál se supone que es “mi trono”?
-Debido a tu ascendencia tenés lugar en una de las casas de Garrat, y con eso derecho a ser emperatriz.
-Garrat, ni siquiera sé donde queda eso…
-Supongo que sabés que descendés de un dragón.
-¿Qué?- Nike empezó a hilvanar varias cosas- Esto es mucho más complicado de lo que creía…- su tío no le había mencionado ese “pequeño” detalle.
-Tu abuela era la hija de Nellens, hijo de Bahamut.
Nike se quedó pensando un rato, no sabía que decir, era demasiada información junta.
-Entonces ¿A dónde vamos?- volvió a preguntar.
-A dónde usted diga, mi ejército es su ejército.
-¿Me vas a regalar un ejército?
-Siempre y cuando tenga su mano…
-Ah… eso se puede arreglar… (1)
-¿Entonces?
-Volvemos a Agún.

Todo esto se volvía demasiado complicado. Athos, Garrat, un lugar para acceder al trono de los dragones… pero ahora esa no era la prioridad, Nike iba a usar ese ejército para defender Haradim. Pero hubo algo que se le escapó de las manos… Cuando Goran la vio venir sobre un strider salió a su encuentro con el caballo.
-Volviste… y trajiste otra vez a los dragones.
-Te presento a mi nuevo ejército.
Él la miró muy mal. Después vio que detrás de ella se plantaba Orión D’zees. Antes de que alguno dijera nada ella se adelantó:
-¿Podemos entrar?
Goran ordenó a los fusileros que bajaran las armas, y el ejército de Agún abrió las puertas para recibirlos, no de muy buena gana.
Orión se presentó ante Goran y Nike pensó “¡No le digas nada!” pero aún así ya era demasiado tarde, y ella sabía las consecuencias. Todo se volvió mucho más complicado cuando entraron al salón del consejo. Solo estaban ellos tres.
-Creo que lo mejor va a ser dirigirnos a Rittardast. Iskander iba a llevar al ejército allí según los últimos planes.
-Como usted diga, su majestad- le dijo Goran. Nike lo miró y le dijo a Orión.
-¿Me permitís un segundo?- y lo sacó a Goran de la habitación.

-Yo te puedo explicar… (2)
-Eso me gustaría.
-Resulta que Orion vino a buscar a la “heredera” y se encontró conmigo por casualidad en Van. Además me dijo que se supone que soy la descendiente de un dragón…
-Sí ¿y?
-¿Ya lo sabías?
-Sí
-¿Y por qué no me dijiste? Bueno, no importa.
-Y te fuiste con él.
-Me fui para que no destruyeran Agun y mataran a todos, incluyéndote- le dijo remarcando esta última palabra.
-¿Qué te pidió a cambio?
-¿A cambio? Eh… Eso no importa ahora tenemos una prioridad, defender Haradim, el resto viene después.
-¿Qué te pidió a cambio?- repitió.
-Te dije que eso no importa. Agún está a salvo y nos van a ayudar contra Emme.
-Hay solo dos opciones, y si no van a unirse a Emme eso significa que vas a empezar a decirle “mi amor”. Muy bueno lo tuyo- Goran estaba demasiado enfadado para continuar y se marchó. Nike se tomó la frente. De las sombras apareció su amiga Selene exclamando un “Uuuuh!” (3).

A Nike la situación ya la había superado ¿por qué él no podía entenderla? Como si a ella le gustara todo eso, de buena gana hubiera dejado todo y se hubiera ido con él a cualquier lado de no tener que combatir en ninguna guerra, y sin embargo él la dejaba sola otra vez. Cuando vio a su amiga, ni siquiera le importó que los estuviera escuchando y le pidió:
-Selene ¡ayudame!- le dijo y la abrazó desesperada.
-Tranquilizate, yo te voy a ayudar.
La condujo hasta un cuarto para hablar a solas y Nike le dijo:
-Dejá, no podés hacer nada igual…
-Sí, puedo, te puedo sacar a ese de encima, que por cierto está bastante bueno.
-Ah… no lo había pensado de esa forma- le sonrió.
-Escuchame, estuve pensando que tenemos que sacar a las reinas de acá, no pueden estar en la línea de fuego, y el que más me preocupa es el nene.
-Sí, estoy de acuerdo ¿qué proponés? ¿Rittardast?
-Aznor, es una pequeña ciudad cerca de Rittardast. Allí van a estar a salvo.
-Sí, creo que ese es un buen lugar, por ahora. Hay que enviar scouts, tenemos que saber dónde está Emme del otro lado de las montañas.
-Pensá como Emme y lo vas a saber…
-No es tan fácil…
-¿Si fueras ella qué harías?
-Si fuera ella, entraría por donde todos puedan verme para ser la gran diosa que destruyó Haradim… y sería una tarada, no va a hacer eso.
-Pensá como Emme- me repitió.
-No puede entrar por Armellas, tampoco por Nuredum, Agún sería una buena opción… y quedan las madrigueras… y… dios, va a entrar por el bosque.
Ella me miró asintiendo. Emme iba a entrar por donde nadie esperaba que lo hiciera.
-Ahora yo me encargo de las reinas, pero primero voy a tranquilizar al capitán.
Nike se preguntaba qué haría sin su amiga, ella siempre estaba ahí para ayudarla, mucho más que su propia familia, y la entendía como nadie.
Cuando Selene se fue, Nike se quedó pensando. Ahora tenía un ejército de cinco mil cadormens a su disposición, pero no tenía al único hombre que le interesaba tener. Tenía que ser fuerte, por él, por sus amigos y los que estaban sufriendo por culpa de su familia.

Burgen habló con Milo y con Anya y los dejó a cargo en su ausencia, y se dispuso a ir hacia Hemdial, debía buscar a Eglas y ayudar con los orcos a proteger el paso del Norte. Milo le dijo que no se preocupara que él iba a encargarse de Armellas.
-Anya- le dijo Iskander a solas- vigilá las acciones de Milo, está nervioso y no quiero que haga ninguna locura. Nos vemos pronto.
Antes de marchar Iskander le dio a Burgen una carta para Eglas.
Zug marchó hacia el sur junto a sus tropas. Bordearon las montañas hacia Nuredum. Al llegar vieron una ciudad enorme, hundida en parte, en el centro un gran domo con el techo destruido. No había nadie, el viento arremolinaba las cenizas y no dejaba ver a mucha distancia, el olor a muerte se sentía en el aire. Muchos sintieron miedo pero juntaron coraje para seguir. Hacia abajo doce pisos de catacumbas, Nuredum era un gran cementerio.
Zug estableció la base antes de entrar a la ciudad y mandó scouts a que le informen sobre la situación. Dependiendo de lo que le dijeran iba a formular el plan.
Los scouts a su regreso le dijeron que la ciudad era una gran ruina y que había zonas muy inestables De lo que sí estaban seguros era que la avenida principal era el único lugar macizo que tenía la ciudad por donde podía llegar a cruzar un ejército. Esta avenida se bifurcaba más adelante. Zug mandó a los scouts por las dos desviaciones para que le informaran si por el camino ya se visualizaba el enemigo.

Burgen llegó a Hemdial, hacía bastante frío pero ya habían ido preparados. Igualmente a los orcos les afectaba ese clima, estaban demasiado acostumbrados a las altas temperaturas del desierto.
Una chica rubia, en reluciente armadura dorada se acercó a Burgen.
-Orcos por aquí…
-Mi nombre es Burgen, caballero de Haradim. Vengo a hablar con Eglas- dijo y le tendió la carta de Iskander. Ella abrió el sobre y leyó.
-Valiria Orin, general de las valkirias- se presentó y agregó- Tienes suerte orco.
Burgen vio que se empezaron a levantar hombres que estaban ocultos en la nieve. El paso comenzaba justo donde había una casa vikinga de madera, alrededor estaba todo el campamento y las piras donde se quemaba a los guerreros muertos en combate. A Burgen le pareció extraño que al ingresar allí no los miraran mal a diferencia de los haradianos, eso le sorprendió. Lo vio a Eglas sobre la muralla, mirando hacia el sudeste. Tenía puesta una armadura de cuero negra, los cabellos casi blancos se mecían con el frío viento del norte.
-Eglas, el capitán…
-Sí, Burgen caballero de Haradim. Espero que no me guarde rencor.
-No suelo guardar rencor por nadie.
-Veo que trajo refuerzos, los vamos a necesitar.
-Los orcos nazurianos se nos han unido, tenemos entre ellos un ingeniero de gran calibre, un gran refuerzo- sacó el sobre y se lo entregó- De Lord Iskander.
-Veo que tiene un wargo blanco…
-¿Qué pasa con eso?
Pero Eglas tampoco parecía dispuesto a responderle, Burgen ya estaba harto de que nadie le explicara sobre Témpano.
Descansaron allí y se prepararon para recibir al invasor. Burgen habló con los generales, entre ellos Ulfen que por fin le respondió a su duda.
-Así que usted tiene un wargo blanco.
-Así es.
-Solo por eso confiamos en usted.
-Disculpen, no entiendo… a ver… en un momento hubo una reunión y un orco me entregó esto- le señala la insignia.
-No me diga nada, él lo eligió a usted.
Así Burgen le relató como Témpano se le unió en la batalla llegando a Rittardast, como había abandonado a su dueño y se había puesto a su servicio.
-Desde entonces Témpano me sigue.
-Los lobos blancos no son wargos. Según los antiguos los lobos blancos son los que mantienen la sangre del Fenris, el espíritu elemental que nos dio la civilización. Que un lobo blanco lo elija significa que usted será un ejemplo para su raza.
-¿Qué hacía allí? ¿Con los orcos?
-Algunos lo usan como líder de escuadrón.
-Creo que este era el caso.
-Su wargo daría la vida por usted y espera lo mismo. Según las leyendas no son wargos, son espíritus. Pero bueno, son solo mitos.

Iskander llegó a Lessender, nevaba y hacía mucho frío. A lo lejos vio la Torre de los Tempest, y no flameaba en su mástil la bandera de Morwell. La ciudad había crecido desde la última vez que la vio, ya llegaba prácticamente hasta el lago. Llegó a su vieja casa y tocó la puerta. Le abrió una nenita.
-Hola. No sabía que había alguien viviendo aquí. ¿Hay alguien mayor con quien pueda hablar?- le preguntó.
-¡Mamá!- la llamó la niña. Lo atendió una señora mayor que tenía dos hijos.
-Aquí vivía mi padre Balder.
Ella lo invitó a pasar.
-No sé si te acordás de mí… soy Hilda- él solo recordaba que de chicos se habían reído de él así que le dijo:
-No, no recuerdo.
-Tu papá me vendió la casa y se fue al Norte.
-Lo imaginé.
-Ahora la ciudad es independiente de Morwell, desde que vino Luneth. No sé por qué los elandrines le dejaron el trono.
Ella comenzó a preguntarle sobre lo que estaba ocurriendo en Haradim pero él le dijo que todo eran rumores sin fundamento. Decidió que iría a ver a la nueva regente.
Al llegar a la Torre lo recibió el capitán Adrin.
-Soy Iskander de Lessender, vengo a hablar con la señora.
-¿Y a qué se debe su visita?
- Vengo a informarle que Haradim está sufriendo un ataque de los orcos. Creo que es una noticia importante.
Él lo llevó hasta la sala del trono donde estaba Luneth y su séquito. Ella le tendió la mano e Iskander se la besó. Iskander fue directo al punto. Le dijo todo lo que estaba pasando y le informó que había dejado un regimiento de diez mil hombres en Hemdial, pero que si los orcos cruzaban por allí seguramente Lessender sería la siguiente ciudad en ser atacada.
-Nuestra ciudad no cuenta con más de cinco mil efectivos. No nos dedicamos a la guerra y no la deseamos.
-Comprendo mi señora.
Además le dijo que su intención era seguir camino hacia Hellios a buscar a su madre.
-Hay cosas que si se buscan no se encuentran, pero si no se buscan pueden encontrarse más fácil. Si los orcos logran pasar, Lessender va a quedar indefensa.
-Por qué no solicita asistencia de Morwell.
-No creo que Alessia se meta en esto.

Zug puso cañones en los pasos donde se bifurcaba la avenida principal para bombardear a los que ingresaran por allí. Iba a bombardear también la ciudad cerrando pasos. Tenía que comprar tiempo para bloquear el paso. Pero los enemigos comenzaron a llegar, y la grita que logró formar no fue lo suficientemente grande. Envió de inmediato mensajeros al sur y a Rittardast.
Nike estaba mirando sobre la muralla cuando vio a un elfo de Hidden Forest subir hasta donde estaba ella. Era muy ágil porque subió a los saltos.
-Señora…- jadeaba y estaba exhausto, parecía que había corrido hacia allí.
-¿Qué pasó?
Él le entregó una carta, era de Zug. Decía que estaban resistiendo en el paso de Nuredum, pero que necesitaban ayuda. Los orcos y los Taurans se estaban abriendo paso y ellos no eran demasiados. Si no enviaban refuerzos iban a perder el paso. Nike reunió a Selene, a Orion y a Goran en el salón del consejo y les comunicó la “feliz” noticia.
-Están entrando por Nuredum, tenemos que ir a reforzarlos.
-Como usted diga su majestad- le dijo Goran haciéndole una reverencia. Era obvio que todavía estaba cegado por los celos, pero Nike se controló (4).
-Orión ¿venís con nosotros?
-Como usted diga mi señora.
Goran no dijo nada y se quedó esperando órdenes.
-Por qué me mirás así, yo no estoy al mando- Bueno, parecía que él estaba empecinado en seguir haciéndola sufrir- Venís con nosotros- dijo por fin. Selene te quedás a cargo en Agun.
-No te preocupes.
De inmediato partieron hacia Nuredum a reforzar a las tropas de Zug.


Iskander vio Taras volar sobre Armellas, allí estaba Milo. Hacia Hemdial se dirigía un ejército impresionante, miles y miles de no muertos y orcos intentarían cruzar el paso. Burgen miró a Témpano a los ojos y le dijo:
-Sino vuelvo, llévale esto a Anya- era la punta de flecha que la mujer le había entregado antes de que se fuera de Rittardast. Le había pedido que se la regresara él mismo pero Burgen no sabía si iba a salir de esta- Témpano, hoy no habrá batalla.
Al wargo no pareció gustarle la directiva y gruñó.
Todos los vikingos se prepararon para la batalla entonando un canto mirando hacia su ciudad Asgard.
-Será un honor contarlo entre nosotros- le dijo Ulfen.
-Acompaña a mis mariscales, guía a los wargos- le pidió a Témpano. Él iba a tener una misión más importante, Iskander lo había contactado para que reuniera a Lile y a Eglas, iban a ir a matar a Emme.
La visión era impresionante, había fuego en Armellas, en Nuredum y en Hidden Forest. Hemdial era un hormiguero. Torin había rodeado Rittardast, pero los cañones no eran suficientes.
Luneth había proporcionado su ayuda para la defensa, dos mil quinientos hombres arribaron sobre tigres blancos, del otro lado de las montañas, Emme traía a su ejército de medio millón de no muertos.

Cuando llegaron a la ciudad subterránea se dieron cuenta de que los orcos ya habían tomado gran parte del paso. Zug estaba en retirada. Goran apremió a su caballo, lo obligó a saltar sobre los hombres de Zug y cargó contra el enemigo. Orión lo seguía de cerca. Obviamente Nike tenía pensado otra cosa, entraría por el costado y les asestaría un golpe por detrás. Cuando entró vio que Zug reacomodaba los cañones para disparar hacia la ciudad, sobre dos de las torres vio a los magos de Orogun que se encargaban de las enormes sombras de veinte metros convocadas por los cadormen. Rayos comenzaron a llover sobre el destruido domo y las sombras se desvanecieron. Nike caminó por las sombras y apareció justo a la espalda de uno de los magos y le clavó la cimitarra en su espalda y la misma atravesó su pecho. En ese momento Zug cañoneaba a la torre. Nike tomó una soga y salió justo a tiempo. Caminó sobre la cabeza de un kyloon para dirigirse directamente hacia la otra torre donde estaba el segundo mago. Pero esta vez Zug fue más rápido y tiró abajo la torre primero. Nike salió disparada por los aires y vio como debajo de donde estaba por caer estaba lleno de Taurans. Desenvainó las cimitarras en el aire, el Tauran donde aterrizó cayó muerto, pero ahora estaba rodeada. Corrió hacia la salida y vio a Goran y a Orion que peleaban espalda contra espalda. No había nadie más allí, tenían que retirarse, pero al frente estaba la enorme grieta que había dejado Zug para dificultar el paso al enemigo, no podían cruzarla saltando, tenía ya doce metros de largo y veinte de profundidad. Escuchó que Goran dijo a Orión:
-Protégela- y se dirigió hacia el grueso del enemigo, cimitarras en mano. Orión convocó una especie de sombra voladora y la obligó a subir.
-¿A dónde van?- le preguntó Zug a los cadormen que abandonaban la ciudad.
-Salvamos nuestras vidas. Ya no podemos hacer nada más aquí.
Nike y Orion se dirigieron hacia fuera y vieron a Zug escapando con los pocos que quedaban. Nike miró hacia la ciudad y una gran explosión iluminó el cielo. Solo alcanzó a ver un pequeño punto de luz blanca que ascendía al cielo. Tenía la esperanza de que hubiera sido Goran.
Orión estaba muy malherido.
-Zug, ¿podés hacer algo por él?
-Solo puedo estabilizarlo.
-Está bien, por favor, llevalo a Rittardast y ayudá a fortalecer la ciudad, si Iskander está allí Armellas no va a caer. Yo voy a ir hacia el bosque.

Iskander se dirigió hacia el paso de Hemdial, allí lo esperaba Burgen.
-Burgen, voy por ustedes. Reuní a Lile y a Eglas.
-Cuando quieras- le respondió- Lile, cerca.
Un ejército de miles y miles de no muertos se acercaba al paso, no sería suficiente ni con la ayuda de los soldados de Ulfen. Solo había una forma de ganar; acabar con Emme.
Iskander llegó al cruce de caminos y le dijo a Luneth:
-Bien, mi señora, aquí nos separamos. Vamos a ver que pasa, iré a luchar por mi pueblo- Iskander se sacó el anillo que ocultaba su verdadera apariencia frente a ella y remontó vuelo. A lo lejos vio un punto de luz, y se dirigió hacia allí. Lo último que vio fue una columna de fuego destruyendo a los kyloons cortesía de Luneth.
-Dejenme abrirles camino- dijo Lile y arrojó un rayo de luz divina al ejército de no muertos. Varios se desintegraron pero eran demasiados.
Burgen en el fragor del combate sintió un tremendo golpe en el pecho. El que le había pegado con su gran martillo era un hombre, muerto hace mucho tiempo. Burgen sabía que esos seres no podían ser derrotados con cortes de la espada así que plegó la full blade y la usó para golpear. Fue una lucha de titanes, hasta que por fin Burgen logró derrotarlo y sintió en ese momento una garra que lo levantaba en el aire.
-Agarrá a Lile- y él le hizo caso a su capitán. Lile desde el cielo siguió arrojando haces de luz pura a los no muertos. A lo lejos vieron que sobre Hidden Forest llovía fuego. Iskander se llevó también a Eglas y dificultosamente puso marcha hacia allí.
(5)
Al llegar escucharon gritos de auxilio.
-¡¡Ayudenme por favor!!- enseguida Iskander enfiló hacia allí. Era Shezabe que utilizando un escudo de energía verde se protegía de los furiosos ataques de su hermana. A su paso la vegetación se pudría. Una vez cerca de tierra Iskander arrojó a sus compañeros y cargó contra Emme (6). Ella centró su ataque en él, pero Iskander era resistente y la golpeó con su lanza. Ella lo miró con un profundo odio. Un segundo ataque esta vez de Burgen, dio en el blanco.
-¡Estás muerto!- le gritó al orco y por un segundo Burgen vio el plano de Estigia, todo el lugar estaba cubierto de fuego, los árboles se transformaron en columnas de metal y vio muchos muertos. (7)
Burgen rugió y Emme cayó por la segunda carga de Iskander.
-Hay que terminar con esto- dijo Lile y comenzó a orar, el fuego se apagó y rayos de luz divina comenzaron a caer desde el cielo. Un ángel de metal cayó con fuerza en tierra y todo tembló. El ángel usó su enorme espada y atravesó a Emme de lado a lado y ella se retorció de dolor.
-Cumplido mi lady- le dijo el ángel dispuesto a marcharse.
-¡Cumplido nada!- gritó Emme y atravesó el cuerpo del ángel con su brazo y la absorbió toda la vida. El ángel desapareció y fue el turno de Eglas que intentó pegarle con el martillo. Ella lo esquivó y lo levantó por el cuello y volvió a hacer lo mismo que con el ángel. Eglas quedó inconsciente sobre el suelo. Iskander volvió a cargar desde el aire con la lanza y ella recibió un nuevo golpe del semidragón que dio un rodeo para volver a cargar. Lile viendo lo que le había pasado a su tío se enfureció y comenzó a drenar energía del suelo. Sus ojos comenzaron a brillar y en el cielo las nubes se arremolinaron sobre ellos. Tanto Zug desde Rittardast como Nike del otro lado de las montañas lo vieron. Una columna de fuego se estrelló directamente sobre Emme, y quemó toda su piel pero aún así la calavera se reía, poco después la piel se regeneró, parecía que el fuego no le había hecho daño.
Burgen la volvió a golpear y ella gritó:
-¡Orco!
-¡Orco no! ¡Burgen!- le gritó él. Pero Emme lo besó y Burgen esta vez entró al plano de Estigia y todos vieron como Burgen cayó muerto sobre el suelo. ( 8 )

Cuando Nike y Goran llegaron donde estaba Emme vieron a Burgen en el suelo, su madre también estaba allí y Emme estaba rodeada por todos sus amigos. Decidieron unirse a ellos y esta vez la atacaron entre todos. (9) Ella no merecía seguir viviendo en Haradim, muchas personas habían muerto por su causa. Ya había sido suficiente.
Emme quedó tendida en el suelo, herida, ya no tenía resto físico para hacer nada. Nike sintió que una de sus cimitarras volaba de su mano hacia la de su madre que estaba arrodillada en el suelo, al lado de Emme. Pareció que iba a cortarle la cabeza, pero envainó la espada.
-Esto no es para mí, no puedo hacerlo. Es de ustedes.
Nike se acercó a su tía y la apuntó con la cimitarra, ella le dirigió una última mirada como suplicando piedad para confundirla, pero ella ya estaba decidida.
-Voy a tener con vos la decencia que no tuvieron conmigo, te voy a enviar con él- le dijo y le clavó la cimitarra en el pecho. Ahora podría ir junto a Broker, el amor de su vida.
Luego corrió hacia Burgen y lo sacudió:
-¡Burgen, Burgen!- pero él no le respondía.
-Me parece que no hay nada que hacer- le dijo su madre.
Burgen vio como le iban sacando todas sus pertenencias, la espada, el escudo y unos extraños seres le dijeron “Ahora vas a ser uno de los nuestros, vas a ser un óbolo”. Pero Burgen vio una luz, más rayos se acercaron y vio como las columnas de metal se convertían en árboles.
-¡Él es mío!- gritó Lile y Burgen sintió como lo empujaban “Volvé” le dijeron.
-¡Tonto! Me asustaste- le dijo Iskander luego de que el orco abriera los ojos. Burgen sabía que por unos segundos, o minutos, había estado muerto.

Iskander comenzó a ver lo que estaba pasando en Haradim, los orcos habían entrado por Armellas, los jinetes de Trenton se replegaban hacia la fortaleza, Zug los cubría con los cañones pero eran demasiados, la fortaleza de Rittardast se perdería. Luneth se replegaba hacia el Norte, seguramente a terminar de evacuar Lessender, los no muertos estaban pasando por Hemdial, Nuredum ya era un hormiguero y a pesar de la grieta que había dejado Zug pasaron sin problemas. Y también, habían pasado por Agún…
Nike vio la cara que puso Iskander y le preguntó.
-¿Qué pasó?
-Tomaron Agun, Selene está muerta.
Y los ojos de Nike miraron hacia la nada, las lágrimas comenzaron a rodear sus mejillas, Selene, ella la había dejado en Agún, era su culpa. Sintió que los brazos de su madre la rodeaban, era la primera vez que sentía que la abrazaba tan fuerte.
-Hija, ahora entiendo que hay que pelear ¿lo hacemos juntas?
-Yo ya empecé a pelear- le dijo y lloró por la muerte de la que había sido su mejor amiga, la única que la había querido cuando todos los demás la miraban extraño, la única que no había cuestionado ninguna de sus decisiones, la única que había arriesgado su vida para que ella pudiera seguir el camino que deseaba seguir. No había ningún consuelo para eso. Ni siquiera la muerte de Emme era suficiente.
Burgen le agradeció a Lile. A la distancia lo vio a Ulfen cargando a Témpano sobre sus hombros. Estaba herido, pero había hecho exactamente lo que el orco le había pedido. Había peleado en primera línea de fuego, dirigiendo a los wargos.
-Estamos complicados- le dijo Iskander a Goran.
-Mucho, pero estamos vivos y todavía podemos tener esperanzas.
-Están entrando por todos lados, solos nos queda una opción, replegarnos a Imerion.
Y en Rittardast Torin le decía a Zug exactamente lo mismo mientras las fuerzas enemigas se acercaban irremediablemente a la ciudad.



(1) Salvo por un pequeño detalle, Nike ya está casada y con el hombre que ama, pero bueno, una pequeña mentirita no le hace mal a nadie…
(2) “Yo te puedo explicar” jajajaja En la realidad nunca tuve que usar esa frase, fue buenísimo usarla en una mesa XD
(3) Y bueno, Nike no aprendió de la mejor manera que su marido resultó ser alto celoso
(4) ¡Como se atreve a decirme su majestad! ¬¬ (Nike ya iba teniendo ganas de cagarlo a golpes).
(5) En algún momento antes de llegar al bosque los atacó una cadormen que tenía los ojos vendados, creo que era la misma que conoce mi tío Jazir. Sé que les tiró algunas flechas pero como no me acuerdo bien no lo escribí.
(6) Lile los hizo caer lentamente porque sino…
(7) Sacó crítico en fortaleza ^^
(8) Pifió la tirada de fortaleza XD
(9) Y ya se iban haciendo las nueve y había que terminar la mesa que fue re-larga :P

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