Haradim II
El regreso de los héroes
jueves, 12 de marzo de 2009
Fecha 7: 01/03/09
Burgen, Zug y Goran fueron hacia los barrios altos de Josper, su objetivo era buscar al que había enviado el sobre con el anillo de Nike.
-General- lo saludó un soldado que estaba de guardia.
-Vamos a pasar- dijo Burgen.
-¿Necesita escolta?
-No- dijo y siguió su camino.
Goran se paró y dijo:
-¿A dónde vamos?
-A buscar al muchacho.
-Acabamos de pasar un puesto de guardia ¿no debimos preguntar? Está bien, no se llega a general de un día para el otro- y le palmeó el hombro al orco.
Burgen retrocedió para preguntarle si sabían dónde estaba el muchacho. Le dijeron que estaba en el puesto de guardia y le indicaron hacia donde ir. Llegaron a una antigua biblioteca, que ahora era un centro de mando.
-¡¿Maximillian?!- dijo con su potente voz al entrar.
-Está haciendo una recorrida ¿Qué puedo hacer por usted?- le respondió uno de sus compañeros.
-Necesito hablar con él para saber quién lo envió a entregar una carta.
-Espere que me fijo en nuestros registros…No, no figura que Maximillian haya ido a entregar nada, señor.
Burgen le mostró el sobre con el sello de Vekna.
-¿El sello lo reconocés?- le preguntó Zug.
-No- le respondió.
Zug se puso a investigar en los libros y empezó a buscar el sello.
-No creo que encuentres nada aquí, son libros bastante nuevos, tendríamos que buscar algo en las leyendas de la “Guerra del Caos”- le dijo Goran.
Pero Zug fue persistente y encontró un libro bastante antiguo donde estaba ese mismo dibujo. Ese sello correspondía a uno de los señores del infierno. Goran dijo que no lo nombre porque se dice que así se pueden personificar en la tierra.
Poco tiempo pasó hasta que trajeron al muchacho Maximillian detenido y esposado.
-Recluta, así que usted está desobedeciendo órdenes…- le dijo el que estaba a cargo del puesto de guardia
-No… yo no…- dijo el muchacho temeroso por la reprimenda que iba a recibir, parecía un buen chico, no había maldad en sus ojos.
-General- y lo miró a Burgen.
-Maximillian, ¿quién te dio la carta que trajiste hoy?- le preguntó Burgen.
-Me lo dio un mayordomo de una casa alta.
-¿Qué casa?
-La de Lord Giberson. Me dieron dos monedas de oro… Disculpen, no lo volveré a hacer…- Burgen vio que el muchacho estaba realmente arrepentido por dejar sus funciones en favor de un beneficio personal.
-Que sea la última vez- le dijo Burgen y le sacó las esposas.
Resultó que el hermano de este muchacho había prestado sus servicios en la guerra de Gaia y Burgen lo había conocido. Ahora descansaba en paz junto a los pocos muertos de esa batalla.
-Goran, ¿vos sabés algo de Giberson?- le preguntó Zug. Si lo iban a ir a visitar mejor era estar lo más informados posible.
-Sí, es uno de los hombres más ricos de la ciudad y del país.
-¿Y cómo se hizo tan rico?
-Traficando gente. Es un comerciante. Tiene vínculos en el imperio, apoyó y financió la inquisición.
-¿Lo conociste?
-Lamentablemente sí.
-¿Cómo es personalmente?
-Cómo cualquier inquisidor. Muy parecido a Broker.
Zug dijo que debían ir a hablar con el tal Giberson, podrían decirle que necesitaban dinero para financiar alguna actividad.
-Podemos ir como devotos de St. Cuthberth. Podríamos decirle que queremos poner una iglesia en los nuevos reinos orcos- dijo Goran.
-Yo no hablaré- dijo Burgen. No le gustaba nada esa idea- Digámosle que necesitamos armas de asedio, hagámoslo más fácil- agregó.
Se encaminaron hacia la casa, era la más grande de todas. Alrededor había estatuas de mujeres, casualmente muy parecidas a Nike. Había demasiado dinero allí.
Burgen golpeó y abrió la puerta un sirviente. Era el mismo hombre que había hablado con Nike el día anterior.
-General de las tropas de Haradim, Burgen.
-Zug.
-Queremos hablar con Lord Giberson.
-Él no se encuentra, pero pasen por favor.
-Quizás podamos hablar con usted primero- dijo Zug.
-¿Con quién tengo el gusto?
-Él es Burgen, el hombre más importante del ejército. Yo soy Zug. Necesitamos reconstruir las nuevas tierras orcas, y para eso necesitaríamos financiación.
-Suena interesante… creo que a mi señor le puede interesar ¿Desean algo de beber?
Le pidió a una mujer que fuera a buscar bebidas. Burgen enseguida detectó que la casa exudaba mal por los cuatro costados. Lo miró a Goran y él le dijo en voz baja:
-Estamos en la boca del demonio.
Burgen vio pasar tarianos y lo miró una vez más como diciéndole “¿qué es esto? ¿también hay bárbaros aquí?”
-Nos interesaría restablecer las tierras que fueron arrasadas por la guerra- dijo Zug.
-No creo que haya problemas, pero seguramente mi señor va a solicitar algunas concesiones comerciales. Podemos financiar… obviamente con algún intercambio.
-Obviamente ¿cuándo lo puedo ver?- dijo Burgen.
-Fue al sur por negocios, en un par de semanas estará de regreso.
-Nosotros también vamos al sur, quizás podamos encontrarnos con él en el camino- mintió Zug.
-Yo estoy hablando de más allá del mar. Les recomendaría que lo esperen aquí.
-Dos semanas no- le susurró Burgen a Goran.
El vino que trajo la muchacha comenzó a hacer efecto en Zug que se empezó a dormir y a hablar pavadas.
-Es vino cadormen- dijo Goran- creo que le afectó.
La moza tomó las copas y al irse se chocó con el ayudante de Giberson. El traje quedó todo manchado. Él le hizo una seña para que se marchara, ella recogió todo rápido y se fue asustada. El hombre se resbaló por el vino y se cayó, finalizando con un patético espectaculo. Burgen se aguantó la risa, a Zug le costó bastante más.
-No la culpe, todos pueden cometer torpesas- le dijo Burgen.
-Ya les agendé la reunión con mi señor.
-¿Algo más?- le dijo Burgen a Goran.
-No, por mí nada más- dijo y le dio un codazo en el pecho a Zug para que no se riera.
Al regresar Burgen dejó a Zug con los demás ingenieros en su tienda, estaba totalmente borracho.
-Cuidenlo. Cuando esté mejor que me busque.
Burgen buscó a Milo y a Anya y les contó todo lo que habían visto, les dijo que estuvieran preparados y que armaran a los ejércitos. Anya le entregó el informe de Nuredum.
-Hay nubes negras sobre la ciudad, y temblores debajo.
-Es lo que vio Lile hace unos días…
Cuando Zug despertó después de algunas horas vio que los ingenieros miraban hacia Nuredum, las nubes negras cubrían las montañas.
-¿Dónde está Burgen?- preguntó enseguida.
-El warlord está con sus amigos humanos.
-Primero mejor me visto.
Burgen fue a la casa de Nike y la encontró a Lile, el puño clavado en el suelo, el pelo blanco se le estaba cayendo de a mechones.
-Lile no podés hacer esto, nunca más- le dijo- ¿Qué pasó?- dijo mirándola a Shanna.
-Lile ayudó a un… uno como esta chica que vive acá.
-A ver dejame adivinar… ¿le faltaba un ojo?
-Sí.
-Jazir. Lile ¿me escuchás?
-Sí- le respondió.
-Nos llegó una carta… de Lord Giberson.
-No me sorprendas más.
-En el sobre estaba el anillo de Nike.
-¿Y el viejo está destruido no?
-Sí, quiere ir a buscarla. Y hay algo más... ¿te acordás de la visión que tuviste? Bueno, está pasando ahora.
-Dios…
-No te mates.
-Yo no hago más que lo que me piden que haga- le dijo ella.
-No lo hagas más.
-La única manera de ir allí, aparte de esta, es esa espada y no la tenemos.
Jazir estaba parado sobre un acantilado, a su lado una mujer que lo había ayudado a llegar hasta allí. Varios niveles lo separaban del fondo, habían personas allí siendo torturadas de las peores formas. La torre principal que parecía una aguja terminaba al mismo nivel en el que él estaba parado. Arriba el cielo era de un rojo tormentoso. Había fácilmente nueve kilómetros hacia abajo.
-En cuento nos encuentren van a mandar ejércitos- le dijo a la mujer.
-Tendremos que hacer lo posible para que no nos encuentren. Espero que estés a la altura, Baerne.
Bajaron y bajaron hasta que a Jazir se le cruzó un demonio que le salió al frente. Lo chocó adrede y él siguió caminando pero su contrincante no iba a hacérselo tan fácil. Le dijo que era un estúpido y lo provocó hasta que ya no hubo nada que hacer. Jazir se enfrentó a él. Entre él y la mujer mataron al agresor y a su compañero, pero ya los habían visto.
-¿Vos no sabés volar no?- le dijo la mujer.
-Lo puedo intentar…
-Corré hacia el abismo y saltá.
Él miró los pisos que aún quedaban por descender y por un momento dudó.
-¿Confiás en mí?
Él saltó y en el aire lo atajó un murciélago, una criatura de las sombras que había invocado la mujer. Ambos comenzaron a descender pero en un momento ella se desconcentró y empezaron a caer.
Cuando llegaron donde los esperaba Goran él estaba leyendo un libro muy viejo. Parecía un mapa de los planos.
-¿Es duro eh?- dijo Zug.
-¿Es duro el vino cadormen no?- le dijo Goran.
-¿Cuál es el plan?- le preguntó.
-No sé cual será su plan, yo voy a bajar.
-¿Y cómo vas a hacerlo?
-Una forma para poder bajar es muriendo a manos de un demonio o con un tratante que te pueda llevar. No hay muchos en el mundo. El único que puedo llegar a conocer es un viejo que se llama Corax… y Lile, pero ella es muy joven.
-¿Qué estás recomendando?
-Que me maten. Si estamos muertos podemos pactar con los señores de la muerte y sino buscar un tratante.
-¿Cuánto tiempo llevará encontrar el tratante?
Goran no sabía que decir o qué hacer, era la primera vez que lo veía así. Burgen, Lile y Shanna se unieron a ellos dos.
-Bueno, ya estamos todos ¿Lile cómo estás?- le dijo Goran.
-Calva, ciega y sin fuerza- le respondió.
-Lo mandó a Jazir- le informó Burgen.
-¿Cómo?
-Él se lo pidió.
-Jazir vino y me dijo que le abriera una puerta hacia… el abismo.
Goran puso su mano en el hombro de Lile y su pelo volvió a crecer, ahora era de un color muy negro. Pero el pelo de Goran ahora tenía más canas.
-¿Goran qué estás haciendo?- le dijo Burgen.
-Yo no puedo llevarnos al infierno, ella sí.
Antes de marchar Burgen habló con Milo y Anya, les dijo cual era ahora su misión, que iría al infierno. Les dijo que debían unirse todos, que se organizaran y que cualquier cosa hablaran con Torin.
-No voy a dejar que Goran vaya solo.
Anya lloró ¿se podía regresar del infierno? Ella no lo sabía. Burgen le pidió a Témpano que cuidara de Anya, no podía llevarlo allí.
-Lile, cuidate, y gracias- Burgen ya desde el otro lado vio como a Lile volvía a formársele un nuevo mechón de pelo blanco- Saludos a Islander.
*****
Luego de ese beso Nike se vio transportada a un lugar que no podía ser otro que el infierno. Estaba sobre un camino, alrededor una enorme pared en forma circular que se alzaba nueve kilómetros hacia arriba. Parecía como si estuvieran dentro de un volcán.
-Vamos, agarrate de mi brazo- le dijo Lord Giberson. Ella intentó resistirse pero no pudo hacerlo así que lo tomó.
-Hijo de puta- le fue diciendo todo el camino.
-Pero que modales su nueva esclava- le dijo un demonio que iba pro el mismo camino.
-No soy esclava de nadie- dijo Nike, pero era evidente que sí lo era, Lord Giberson la dominaba como quería.
Por todos lados había humanos esclavos siendo utilizados de diversas maneras por sus dueños demonios. Nike vio una carreta tirada por dos de ellos y Lord Giberson la obligó a subir.
-Vamos en carreta, será más rápido.
-No! No!- no quería viajar en eso, pero seguía sin poder resistirse a él. Su odio crecía más y más. Lo siguió insultando el resto del viaje, al menos le quedaba esa satisfacción.
-Ahora vamos a ir a ver al Señor.
Cuando llegaron a la puerta al final del camino vio que la custodiaban dos horribles monstruos, ella solo les llegaba a las rodillas.
-Vine a traerle unos regalos al rey.
Ellos miraron a Nike.
-Parece buenos regalos- les dijo otro de piel oscura, barbilla en punta y cabello negro. Los ojos eran totalmente rojos, éste sí era de su misma estatura y parecía un sirviente de los importantes.
Los acompañó a una especie de sala principal en forma circular. Adelante sobre una escalera se hallaba el trono. Sentado sobre él un hombre (o esa apariencia tenía) de cabello rojo, piel muy blanca y ojos oscuros miraba con desdén a la nueva mujer que le habían presentado y la descartaba aburrido.
Los condujeron hacia la explanada del trono y Giberson hizo una profunda reverencia, Nike no se movió.
-Su majestad, le traje un regalo- y la condujeron al final de la escalera. Él la miró y le extendió la mano. Nike pensó que si tenía que pasar toda la eternidad allí mejor que fuera con él. Le tomó la mano y él se la besó.
-Eres la mujer más hermosa que vi tanto en el cielo como en el infierno. Mi nombre es Azmodeus.
-Nike Baenre- ella ya estaba con él en la explanada del trono y le sonreía satisfecha. Abajo Lord Giberson clamaba:
-Y tengo otro regalo más para usted- y presentó la espada.
-Si quiere puedo ir a buscársela- le dijo Nike.
-Está bien- le respondió Azmodeus. Nike bajó las escaleras y tomó la espada que le extendió Lord Giberson, ahora sí le gustaba más la situación, no lo miró y volvió al lado de Azmodeus. Él la esperaba con la mano extendida.
-¿Le molestaría que yo se la guarde?- le preguntó.
-¿Quieres ser la custodia de la espada de los planos? Está bien, siempre y cuando accedas a ser mi esposa…
-Sino le molesta que ya esté casada arriba, ah! Y que no lo ame…
-¿Amor?- me dio riéndose.
-Entonces hecho- dijo y se colgó la espada al cinto- solo pido dos condiciones.
-¿Cuáles?- dijo con curiosidad.
-La primera, no quiero que me manipule mentalmente como lo hacía él- era algo que no le costaba nada pedir y él asintió. Parecía que tener ese hermoso cuerpo por una vez le había servido para algo más que obtener dinero- La segunda, mátelo- dijo señalando a Lord Giberson. Èl chasqueó los dedos y el que había sido el hombre más rico de Josper cayó muerto al suelo- Gracias, no lo aguantaba más- profirió.
-¡Escuchen todos!- dijo a los presentes en la sala- Les presento a Nike, mi esposa y señora de los nueve infiernos- Nike entendió por qué afuera había nueve domos, seguramente cada uno pertenecía a un señor del infierno, y ella se había casado con el líder de todos ellos. En fin, la espada la tenía ella y no él, eso era lo importante. Se sentó en el trono, le pusieron una enorme capa roja y una corona sobre su cabeza. Él se sentó a su lado.
-Bueno, ahora sí podemos charlar.
-¿Puedo preguntarle algo?
-Sí- seguramente él se sorprendió de lo descarada que era.
-¿Hay una persona aquí que responde al nombre de Emme o Shezari?
-Ah, te refieres a tu madre, digo… a tu tía. No, ella no está aquí. Está en Estigia.
-Mejor.
-¿Y para qué quería hablar con ella?
-Porque quería que me confirme algo. Quería saber por ella si es o no mi madre ¿usted lo sabe?
-No lo sé…- o no quería decírselo- ¿Y quién es tu esposo arriba?- le preguntó cambiando de tema.
-Eso no importa.
-Sí, quiero saberlo para darle un “trato especial” cuando lo encuentre.
-¿Para qué si después de todo vas a arrasarlos a todos?
-No, no los voy a arrasar…
-Los vas a esclavizar.
Él la miró sonriendo, mientras movía la cabeza afirmativamente.
-Entonces con más razón no necesitás saberlo.
-Sí, quiero que sea mi esclavo.
-Podría ser el mío.
-Si tú lo deseas… Podemos traerlo ahora.
-No, eso no sería divertido.
El sonrió.
-Me gusta esa forma de pensar. Tenés razón.
Ahora Nike sabía que solo tenía una opción, retrasar la salida de los demonios el mayor tiempo posible.
-¿Qué lindo día no?- arriba los rayos se arremolinaban en un cielo rojo y tormentoso.
-Sí, están cayendo cosas- dijo Nike.
-Ah! Parece que vienen invitados a nuestra boda.
Nike vio a su tío Jazir y a una mujer encapuchada caer desde al boca del cráter.
-No le hagas nada, es mi tío.
Jazir miró a Nike, no entendía nada de lo que estaba pasando, la mujer misteriosa tampoco dijo nada.
-¿Así que ustedes son familiares de mi mujer? Bienvenidos al infierno.
Jazir la miró sin comprender, no había por qué culparlo, él no sabía que ahora Nike tenía la espada. Cuando miró con detenimiento a su sobrina, vio la espada en su cinto. En ese momento Nike vio que en el centro del salón se abría un portal y de él salía Goran al frente, lo acompañaban Burgen y Zug. En un primer momento fue feliz de verlo allí, luego pensó que eso no había sido buena idea. Pero se tranquilizó, no había nada que temer aún, Azmodeus estaba tranquilo.
-Ah! Más invitados a la fiesta…- y luego le preguntó a Nike- ¿Ellos también son familiares tuyos?
-Algo así…- le respondió, el tono de su voz seguía exactamente igual a antes. No podía mostrar su temor, no sabía como podía reaccionar su "nuevo esposo”.
-No pierdan de vista a Nike- les dijo Burgen a sus compañeros.
En ese momento Nike vio como Goran sufría una transformación. Su cabello se volvió negro y sus ojos eran dos flamas, la armadura tomó el color rojo de la carne, ahora era... ¿un demonio? Tenía dos alas negras a su espalda. Nike no entendía absolutamente nada, pero continuó con su papel.
-Los presento- dijo Jazir- la pequeña mole es Burgen… y su compañero Zug.
-Voy a hacer una carga. Yo voy a ser el ariete- les dijo Burgen a Zug y a Goran.
-Sería preferible que ella fuera el ariete- dijo Goran que había visto la espada.
-Y él es…
-Ya conozco a Goran- lo interrumpió Azmodeus.
Nike pensó “¿cómo puede conocerlo el rey de los demonios?” claro, no era tan difícil, Goran había pasado veinte años en el infierno.
-Bueno, los presento formalmente: Goran, Azmodeus, los dos esposos de Nike- acto seguido se corrió para dejar pasar a Goran.
Nike no podía creerlo, ¿cómo su tío le había dicho eso? ¿acaso estaba loco? ¡iba a matar a Goran!
-Hola hermano- le dijo Goran, ahora ambos estaban frente a frente. Nike estupefacta los miraba desde el trono.
-Así que viniste a mi boda, ahora ella es mi esposa.
-Ahora yo me voy a llevar a ella y a la espada, y vos vas a morir.
-Yo no me muero... a ver…
-Bueno, por ahí tenés ganas de ir a conversar con Zariel, o con Danwe quizás…
Nike no tenía idea de lo que él estaba diciendo. Vio que Jazir se estaba acercando a ella.
-Quizás si matás a lo que voy a traer…
Goran se hartó y lo levantó del cuello.
-¿Qué te pensás que me podés poner adelante que yo ya no haya visto?
El piso del infierno comenzó a temblar y Azmodeus creció hasta ganar el tamaño de un dragón de doce metros de alto.
Nike le dijo a Jazir.
-Sino querés que use esto- dijo señalando la espada de los planos- prestame tus cimitarras- él traía además otra espada y una lanza que le parecía bastante familiar… ¿que no era la de Orión?
-Tranquila, confiá en mí.
Cuando Nike vio esa horrible criatura se paralizó al igual que Zug. Burgen corrió hacia el otro flanco con la espada y pasó frente a él abriéndole una herida en el costado. Al otro lado Jazir le decía a su sobrina que tomara las cimitarras. Goran que estaba al frente lo golpeó con la espada y le cortó un diente que cayó al suelo haciendo un ruido que hizo eco en esa especie de anfiteatro.
Alrededor de la batalla no había quedado nadie, solo en pie estaba el dragón, el recinto principal estaba desierto. Nike vio que Jazir sacaba una espada que jajás le había visto usar, comenzó a hacer un zumbido extraño, como si estuviera silvando y la rodeó un aura negra. Jazir apuntó y un rayo de energía oscura impactó al dragón haciéndole severo daño. Todos vieron como unos fantasmas (o almas) que salieron de ella se metían en la herida del dragón y la iban abriendo. Azmodeus giró hacia Jazir y dejó su espalda descubierta, no debió hacerlo, Burgen usó su gran espada y le cercenó la cola. Un alarido terrible salió de sus fauces. El suelo comenzó a temblar una vez más y cuatro monstruos de cuatro metros de altura salieron a ayudarlo. La mujer encapuchada sacó dos ballestas y le disparó a dos de ellos. Zug la ayudó con las armas de sus puños.
Azmodeus volvió a su forma original y justo quedó de espaldas a Nike que le clavó las cimitarras por la espalda, él cayó arrodillado al suelo. **(Alto crítico saqué con mi sneak attack ^^)**
-Que lástima que lo nuestro no funcionó.
Mientras Zug y la chica continuaban atacando a los cuatro monstruos Azmodeus nos arrojó una enorme bola de fuego y desapareció. Burgen lo cubrió a Goran y Nike pudo esquivar en parte las llamas, sus ropas quedaron bastante quemadas. Pero Jazir no lo logró y cayó muerto al suelo.
-¡¡Tío!! ¡¡Tío!!- gritó Nike y lloró sobre su pecho.
-Nike tenés que sacarnos de acá- le dijo Goran.
Ella sacó la espada y se la entregó.
-No sé cómo usarla…- aunque por alguna razón sabía exactamente para qué servía.
-Yo tampoco.
“Habrá que probar” pensó Nike y probó haciendo un corte al aire con la espada de los planos y vio una rendija que se abría a otro lugar, era su casa de Josper, el primer lugar en el que había pensado.
-¡¡Burgen vení!!- le gritó.
La mujer encapuchada había transportado a Zug hacia la grieta caminando por las sombras. Zug fue el primero en cruzar, luego Nike arrastró el cuerpo sin vida de Jazir.
-¡Idiota! No me tenés que proteger- le dijo Goran a Burgen.
-No quiero que ella llore más- le respondió.
-¡Corran!- dijo la mujer que pretendía quedarse a cubrirlos, en ese momento se le corrió la capucha y Burgen vio quién era.
-Vos venís con nosotros.
-No puedo, estoy muerta.
-Pueden revivirte.
-Si rompo el pacto que tengo me va a costar muy caro.
-Yo tomaré las consecuencias- y entre Burgen y Goran la arrojaron del otro lado.
-¿Selene?- dijo Nike cuando la vio. Las lágrimas seguían rodando por sus mejillas.
La grieta se estaba cerrando, todavía Burgen y Goran no salían. Nike se paró y frenó la grieta con la espada. Burgen cargó a Goran sobre sus hombros y corrió, los dos salieron justo a tiempo. Un brazo de esas criaturas cayó en el suelo de la casa de Nike.
Nike volvió con Jazir y Burgen le dijo a Goran:
-¡Andá con tu mujer! La fuimos a buscar al infierno, ahora andá con ella. Voy a buscar a Lile.
Nike sintió una mano helada sobre su hombro. Era Selene. Ya había sentido ese mismo frío antes, en Josper quince años antes, en el rostro de Goran.
-Goran, Josper está incendiada- le dijo Burgen. Él se asomó a la ventana y le dijo:
-El tiempo en el infierno no pasa igual que aquí.
A lo lejos cruzando el paso de Firehorn vieron al Jurgenot.
Burgen salió y subió al techo, una vez allí gritó con todas sus fuerzas:
-¡¡Lile!!
Ella apareció a su lado sin demora.
-Ya volvimos, pudimos rescatar a Nike, y tenemos la espada- Ella suspiró aliviada.- ¿Cuántos días pasaron?
-Cinco, estamos resistiendo en Firehorn, tengo que volver a ayudar.
-Primero tenés que traer a alguien…
Cuando entraron Lile vio a Jazir, muerto en el suelo.
Jazir estaba ya en Estigia hablando con la reina cuervo.
-Yo ya logré lo que quería, Selene está del otro lado. Además hay alguien que te está esperando…
-Hermano ¿por qué tardaste tanto?- le dijo Emme.
En ese momento sintió que lo arrastraban otra vez al mundo de los vivos.
-¡¡No!!
Burgen y Goran comenzaron a planear que harían de ahí en más. Iskander todavía no regresaba, o eso parecía, según las noticias.
-Primero que Lile reviva a Jazir.
-Esperen- dijo Goran y le puso la mano en el pecho a su amigo. Al instante éste revivió. El pelo de Groan ahora estaba totalmente blanco.
-Te merecés un golpe- le dijo Burgen.
-¿Por qué?
Él le señaló.
-Las canas.
-¿Quién? ¿quién me trajo?- dijo Jazir. Fue Selene la que le respondió.
-El viejo te trajo.
-No tendrías que haberme traído.
-¿Por qué?- le preguntó Nike. Sentó a su lado a Selene y le dijo- Ahora sí, empezá a hablar.
Burgen parecía estar de acuerdo con eso.
-Tengo un trato con la reina cuervo, yo no había ido a buscarte a vos al infierno, no sabía que estabas ahí. Fui a buscar la espada.
-¿Qué trato tenés con un deadlord?- le preguntó Goran.
-Le iba a entregar la espada a ella para que no la obtenga Toldot. Él va a tomar parte en la guerra.
-Sí, pero ahora la espada la tengo yo, y el que la quiera la va a tener que venir a buscar.
-Ella quería que Selene estuviera afuera- agregó Jazir.
-¿Por qué la trajeron?
Selene le dio un golpecito en la nuca.
-¿Qué no me querés acá?
-¡No seas tonta! ¿Cuál es su objetivo con ella?
-No lo sé. Estaba hablando con Emme cuando me trajeron... ella es tu madre…
-Lo sé…
Burgen habló con Goran mientras tanto y él se acercó para decirle a Jazir:
-Cuidalas, tienen que irse a Imerion, ahora- ya estaba decidido iría con Burgen y Zug a Firehorn- No te separes de esa espada- le dijo a Nike.
Cuando él se dio vuelta para marcharse ella lo abrazó por la cintura.
-No te vayas, no te vayas, no te vayas- le repitió una y otra vez aún sabiendo que era inútil. Él la agarró de las manos fuertemente se dio vuelta y la besó. Al instante desplegó sus alas, agarró a Burgen y a Zug y remontó vuelo.
Nike suspiró y se dispuso a seguir su charla con Jazir.
-¿Cuándo lo supiste? ¿Quién te lo dijo?
-Shezabé, hace algunos días.
-¿Por qué me separaron de ella? ¿Quién fue?
-Tu abuela, a Emme le dijeron que su hijo había muerto, según mi madre no iba a ser un buen ejemplo y por eso te llevó al bosque con Shezabé. Todo lo que hizo Emme fue para ir a buscar a su hijo al infierno.
-Ella no estaba allí, Azmodeus me lo dijo.
-No, ella estaba en Estigia.
Nike se preparó para usar la espada una vez más.
-Voy a ir a buscarla.
-Ella estaba viniendo hacia aquí cuando me trajeron.
-No puede venir sin la espada ¿o sí?
-No lo sé…
De repente alguien llamó a la puerta. Jazir abrió, era su hermana, y tenía una capa de plumas negras. Era la misma Emme que Nike había conocido y tenía otra vez su ojo derecho, al igual que Jazir luego de volver de la muerte. Volver a verla le resultó muy extraño. Tenía un brillo en los ojos cuando la miró ¿eran lágrimas?
-Vamos, no podemos perder más tiempo- dijo y cruzó el umbral de la puerta. Nike guardó la espada y la siguió.
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